Idée à Importer: el apropiado encanto de la ración justa

Foie Gras

Vivimos la época de la abundancia, en un mundo irreal en el que me atrevo a decir que ninguno de los lectores del blog ha pasado hambre. Es el primer mundo, en de la sobrealimentación, la obesidad y la capacidad de complacer nuestro paladar con lo que queramos.

Y, en esa abundancia llevamos la penitencia. Los fabricantes de la industria de la alimentación, incapaces de competir de otra forma, nos ofrecen cada vez envases más grandes. Más producto. Dos por uno. 20% gratis. Como si alguien pudiera comerse un 20% más de una ración ya de por sí excesiva.

Lo llaman «formato ahorro» aunque difícilmente ahorras si te hartas cuando has consumido poco más de la mitad del producto y éste termina en la basura (me duele reconocerlo, pero en casa tiramos demasiado producto sin consumir). Comprar el formato grande puede parecer rentable pero, en muchas ocasiones, no produce más que hartazgo y necesidad de hacer una limpieza a fondo de la nevera.

Por eso, recién vuelto de Francia, me sorprendió encontrar en la tienda de venta directa de un productor de Foie-Gras (y toda la gama de subproductos), envases pequeños, casi que imposibles de encontrar en muchas otras categorías (salvo las de productos realmente escasos como el caviar).

Llevamos 6 años comprando foie-gras en la misma tienda, donde siempre nos ha atendido la misma persona y siempre comprábamos el envase más pequeño, de 125 gramos (que vendían a 11,40 euros). Pero 125 gramos son demasiados para una cena entre dos y cuando vienen amigos a casa (que suelen ser foodies), no les puedes poner foie-gras a riesgo de que te crucifiquen vivo (así son los foodies, pasan del amor al odio a un producto en cuestión de días).

Así que, este año, nos sorprendimos con la latita de 50 gramos. Perfecta para untar unas buenas tostadas como aperitivo para dos, o como una entrada. El producto es de la máxima calidad (sin ser una semiconserva) y el precio de 4,80 euros la latita hace que, sin ser un chollo, no te duela abrir una lata con cualquier disculpa.

En mi opinión, hacen falta más productos de la máxima calidad posible en envase pequeño. ¿Qué opináis vosotros?

pisto

10 Comments

  1. Toni

    tonalin, a ti 125 gramos no te dan ni para una muela. 🙂 🙂

    Pisto, otra vez que estoy de acuerdo contigo. Yo también procuro traer de Francia ese tipo de tamaños, menos de confit de pato :-), pero no tengo claro que a mucha gente le parezca igual, probablemente sólo a los que tu llamas «foodies» que supongo que seremos los que leemos este tipo de blogs.
    Sigue muy arraigada la idea de comprar tamaño grande para un supuesto ahorro final.

  2. Ginebra

    Totalmente de acuerdo. Yo también prefiero los formatos pequeños porque (reminiscencias de la educación que hemos recibido los que tenemos padres de posguerra) no tiro comida así me maten y claro, después de estar varios días comiendo lo mismo, acabo hartándome y se me quitan las ganas de repetir en mucho tiempo.

  3. Pues yo disiento 🙂 pero con buen talante, eh!
    Entiendo el argumento de la comodidad, «convenience» que le dicen los anglosajones. En sitios donde se cocina menos, se vive más rápido y la vida está (por así decirlo) años por delante de a donde nos dirigimos (leáse EEUU, GB), la «convenience» es la reina. Allí es muy común que, además de los paquetes inmensos, haya pequeñas miniraciones de todo, para gente que vive sola. La fruta viene empaquetada por unidad ó dos unidades; por ejemplo, el «Eat me, keep me», 2 melocotones, uno para comer ahora y otro la semana que viene.

    A mi todo esto me pone muy triste, me parece una saturación innecesaria de envases. No sé, tengo la extraña sensación de que, de alguna manera, en nombre de la «convenience» vamos separándonos poco a poco del producto en si, de que se hace todo innecesariamente complicado.
    No sé si me he explicado, pero mi humilde opinión (más haya del rollo ecologista) es que cuando estoy en un lugar con esos envases y formatos tan «convenientes» mi vida no mejora en absoluto, más bien al contrario.

  4. Pues yo estoy de acuerdo.Soy de las que tiene que tirar muchas conservas a medias y , además, tengo en casa otras que compro y nunca veo el momento de abrirlas; espero tener invitados que gusten del producto y nunca llueve a gusto de todos.
    Totalmente de acuerdo, los envases ahorro no nos hacen ahorrar ná.
    Besos

  5. jordi

    vosotros leeis las etiquetas?
    A nosotros grupo de amigos que nos alimentamos de lentejas y garbanzos, brecoles y sardina el dia que nos permitimos un lujo nos gusta llegar casi a la satruracion, un foie confitado para 4, una torta del casar para los mismos…todo ello regado con un buen magnum.

  6. jordi

    se me olvidava, en un stage en una granja en el sudoestes frances al vernos comer foie, trozo de pan y un poco de foie, parte del anfitrion nos llego el siguiente aspaviento.
    » il faut manger com ça: un gros morceau de foie avec un petit peu de pain , les espagnols mangent un petit peu de foie et un gros morceau de pain»

  7. JotaCé

    Totalmente de acuerdo en lo de los tamaños: hay muchos productos que a menudo me da pena abrir (o hasta commprar) porque son demasiado grandes para una comida/cena de dos, y no sé qué me fastidia más, si comerme el resto al día siguiente aunque no me apetezca, o tirarlo.
    Pero en otra cosa no estoy de acuerdo: en el supuesto ahorro del tamaño grande. No sólo porque, como dices, al final a veces terminas tirando una parte, sino porque a menudo es falso que sea más barato. Increíble, pero cierto: en algunos productos (especialmente bollería y pan de molde) sale más caro el tamaño grande que uno intermedio. Comprobadlo. Quizás se aprovechan de que casi nadie lo comprueba, y todos creemos que el grande es más económico. La primera vez, me quedé atónito. Luego he visto que no es un caso aislado.

    Saludos

  8. completamente de acuerdo…mi esposo y yo seremos bichos raros en medio de eeuu, porque no tenemos una despensa a punto de reventar con comida hecha y empaquetada, lista para ser consumida dentro de 10 años….por otro lado, requiere mucho más tiempo y energía (y creatividad) preparar comidas que no sean de abrir un paquete y echar el contenido en el microondas.
    cuando cocino para varias personas, quito dos raciones del número total de personas, porque tiendo a exagerar con el menú..de este modo, todos comen bien, pero sin provocar infartos ni accidentes.
    ¡saludos!

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