Almóndigas, cocretas y… canalones

España es, en general, un país que adolece de una falta importante de cultura culinaria, a pesar de que ya hace 35 años que se produjo la revolución vasca encabezada por Arzak o vaya para 20 que germinara la semilla de la creatividad en Cala Montjoi.

En general, y siento ser derrotista, el español promedio está más preocupado por la cantidad que la calidad mientras el precio sea bajo, y así vemos como los mazapanes más vendidos se elaboran con batata como ingrediente principal, no hay forma de encontrar una harina con un etiquetado completo (extracción, contenido de gluten, etc) y son una ínfima minoría los AOVEs que indican la cosecha de la que proceden. Y eso por citar tres ejemplos básicos y sencillos, ya que la lista sería kilométrica.

La falta de preocupación por lo que se come se pone de manifiesto cuando constatamos que los restaurantes gastronómicos que arriesgan un poquito las pasan canutas para cuadrar números porque «eso no es comer» y «a mí lo que me gusta es un buen lechazo», que no es que el lechazo no pueda ser algo maravilloso, pero es que corremos el riesgo de vivir en el Siglo XXI comiendo asados como los pudientes del Siglo XVI.

A esa falta de preocupación añadimos la falta de interés porque esos mismos que abominan de las moderneces, lo hacen generalmente sin haber probado nunca un buen exponente de esa cocina quizá que va un poco más allá del lechazo y el pescado a la espalda que se salen del plato.

A todo esto se une una despreocupación total por la información gastronómica. Aunque hay extraordinarios profesionales en el periodismo gastronómico, se cuentan con los dedos de una mano (y aún sobra alguno) los que ejercen con criterio e independencia. La mayor parte de la información gastronómica de los medios de comunicación locales es información de relleno, elaborada sin presupuesto por alguien de la plantilla que tiene fama de fartón o, cuando se remuneran, en la mayor parte de las ocasiones la remuneración por artículo no cubre el coste de un cubierto. Y, claro, en esas condiciones es difícil obtener buenos contenidos.

El último ejemplo de esa mala cobertura de la información gastronómica la hemos podido ver hoy, domingo 26 de Diciembre de 2010 en el Telediario del mediodía de TVE1. Allí, una reportera hace un especial sobre el plato típico de San Esteban refiriéndose a él con el nombre de «canalones» en no menos de cinco ocasiones, y ello a pesar de que todos sus interlocutores (clientes, cocineros, ama de casa) los refieren correctamente. Debe ser que esa «televisión pública de calidad» no se preocupa de documentarse mí-ni-ma-men-te sobre el elemento central del reportaje, ni de hacer una revisión de los contenidos por parte de un redactor jefe antes de decidir su inclusión en el telediario.

Claro que el siguiente reportaje era un interesantísimo publirreportaje desde una bodega riojana poniendo de manifiesto que «estos días, desde las salas de barricas están saliendo los mejores reservas y grandes reservas». Digo yo que no saldrán de las salas de barricas, sino de los botelleros, dado que los reservas y grandes reservas… es igual, no viene al caso y lo relevante es plantearse si esa pseudo-información es digna de un minuto en el telediario de máxima audiencia de un domingo o si en el último ERE de TVE se cargaron al único tipo que tenía criterio para elegir los contenidos del telediario.

Afortunadamente, la siguiente noticia ya la bordaron: un especial sobre la venta de camisetas de futbolistas en la que no hay errores con los nombres de los jugadores. ¿Se imaginan la que se puede armar si el reportero le da por decir que la más vendida es la de Cosillas?

Mientras lo del fútbol vaya bien, no nos quepa duda, no hay problema en que nuestro país siga siendo un país de almóndigas, cocretas y canalones.

pisto
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22 Comments

  1. menos mal de los blogs, … como el suyo, Don Pisto. La televisión no la veo desde adolescente y de eso hace unos cuantos años.
    Un día quiero proponerle que hable de los guisos de carne, algo así como los «boeuf a la bourguignone», pero a la ibérica. Llevo semanas probando distintas piezas de la ternera y no sé muy bien con cual quedarme. Solo sé los nombres barceloneses de esos trozos, quizás el «conill», que se usa para la escudella, y la «llata» que se usa para el fricandó, son los que me han salido mejor.

  2. pisto

    Ephe,

    creo que tu hombre es OSE, que seguro que nos lee. La teoría (McGee) dice que para un guiso de carne (largo tiempo al chup-chup), piezas con colágeno, que asadas quedarían duras como piedras, pero que al chup-chup se desharían en un guiso gelatinoso.

  3. No olvidemos, por favor, las merejenas y las mondarinas.
    Quién le iba a decir a mi abuela, fallecida hace más de un lustro, que su castellano iba a ser tan correcto como el de las personitas que aparecen en «el parte». A la vejez, viruelas, que diría ella.

    Hace ya tiempo me quejaba de esto en un post, unido al deleznable uso de los ordinales y poniendo como otro ejemplo notable a un locutor, que al retransmitir el partido de la Premier League (en La 2), no se le ocurrió otra cosa que decir que el Liverpool «se había pasado por la piedra…» (sic) Como quien está con los amigachos trasegando cervezas en la barra de un bar…

    Esto es un penar…

    Saludos,

    Jose

  4. Oseypunto

    Como profesional de las cosas del comé, me estomaga la información contaminada que le llega al consumidor, pero han sido demasiadas disputas con neófitos que me hacen presentarme cual pretencioso gastropendenciero, como para perder mas tiempo en instruir.
    Pero me jode hasta el infinito y si cabe mas, que esa desinformación sea propia de profesionales –o consentimiento informado, lo que es peor aún-, que al fin y al cabo son los que ponen en manos del consumidor el producto final, ya que de esta manera le damos pie a todos los terroristas alimentarios que inundan día a día, nuestra cesta de la compra de mierda.
    Que no se me mosquee nadie, pero aquí Ephe pide consejo acerca de carnes para estofar, y esto es porque o no ha tenido la curiosidad o el tiempo necesarios para encontrar esa información, que aunque es parca y en forma de campaña, existe, como por ejemplo aquí: http://www.alimentacion.es/es/campanas/carnes/ o mismamente la web de Raza Nostra, que está bastante bien. En este sentido estamos en bragas.

    * De todas formas Ephe, siempre siempre carnes pegadas a hueso y que hayan trabajado.

  5. Carlos, la RAE era para mi el último reducto de coherencia lingüística y cultural que nos quedaba. Junto a ese tropezón mental de la almóndiga de alguna edición anterior ha llegado lo que ha llegado. El triunfo de la incultura y la idiocia (que espero sea sólo una batalla y no la guerra). Tildes que desaparecen de monosílabos y no monosílabos… La reducción a la necedad en pos de una simplificación innecesaria. Involución y vuelta a la cueva. Triste.

    Saludos,

    Jose

  6. pisto

    Según el avance de la 23ª ed. del Diccionario de la Lengua, el término «almóndiga» es una forma vulgar y en desuso del término «albóndiga». Yo creo que el uso en el titular y en la conclusión de la entrada es apropiado y contribuye a la tesis principal.

  7. Oseypunto

    Pisto,
    !ves como aparezco? Y esto es escribiendo….
    Pero para mi un caso normal, es que alguien me diga lo rico que estaba el solomillo de ternera gallega (por ej.) de tal restaurante o “carnecería”, cuando yo sé que en el susodicho local, tan solo existen solomillos de los establos holandeses. Para el que me lo dice allá él, es feliz y para mi está “arretratao”. Pero el hostelero o carnicero si lo sabe, es un hijoputa y si lo desconoce, debería dedicarse a otra cosa. Y el proveedor si oculta la procedencia es otro “jolagranputa” denunciable por estafa. Y mientras tanto, otro que intenta vender el solomillo gallego real, no puede porque es 6 euros mas caro que el holandés camuflado.
    Y esto lo puedes trasladar a cualquier otro canal o sector como el pescado, embutidos, aceites, frutas, etc, etc.
    Para mi, este es otro efecto mas que deriva del tema del post, aunque mucho me temo, que no solo es propio del sector alimentario.

  8. Maria

    OSE,ya que estamos;y como te sigo de alla para acá;donde me recomiendas comprar buena carne en Caceres tanto de ternera como de cerdo;y donde comerla buena en algun restaurante.Gracias!
    Por cierto yo juraria que he leido varios libros donde pone «canalones»,quiza sea pq en catalan se dice así;y son bastante tipicos alli;aunque descocozco si se dice «canalon»en catalan.

  9. Gloriosa la camiseta de «Cosillas». No vi a la reportera de TVE1, pero suelo ver a los reporteros de «España directo» haciendo gala y risas de su ignorancia en temas culinarios, como si fuera un mérito, entrevistando a un cocinero y haciendo gala de su propia ignorancia. Y los pobres profesionales de los fogones con la sonrisa en la boca, porque estas mentes preclaras le dan publicidad a su negocio, aunque dé vergüenza ajena el nivelazo del redactor de turno.

  10. JAC

    Ninguno más ignorante que el tío que presenta el programa de los mercados en Canal Cocina. No distingue una almeja de la albahaca y es una pena porque con alguien con el mínimo conocimiento e interés podría sacar mucho partido a un formato como ése.

  11. Hola que tal,ante todo felicitarte por lo trabajado que esta el blog..te dejo mi enlace por si quieres echar un vistazo a ver que te parece..www.sedvory.blogspot.com.

    salu2 Daniel

  12. Pingback: El RAF de SoloRaf

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