La Casa de Lúculo o el arte de comer

La casa de Luculo

Me pide Duarte que escriba sobre literatura gastronómica, e inmediatamente me viene a la cabeza Julio Camba y su Casa de Lúculo o el arte de comer, que ya he citado varias veces aquí.

La Casa de Lúculo es el primer libro gastronómico que leí, los recetarios no cuentan, y me hizo ver esto de la comida desde otro punto de vista, no solo literario, sino también humorístico, costumbrista, filosófico y sobre todo muy personal, que es como me gustan que sean las cosas. Soy un enemigo de la objetividad, de los datos fríos y de las emociones contenidas. Y Julio Camba es todo lo contrario a eso, y además lo acompaña de una erudición y un estilo directo y preciso.

Camba es periodista y escritor, pero además es gallego y habla desde la experiencia de haber viajado y comido en las mejores casas y comedores de su época (principios de siglo), pero también en los más humildes y honrados. No pierde la ocasión de resultar irónico y jocoso o de criticar las convenciones establecidas porque sí, muestra sus manías sin reparos «La cocina española está llena de ajo y preocupaciones religiosas» y ataca sin miedo a los ostentosos y puritanos censurando algunas costumbres de la época como el abuso de las salsas «Adjetivos que predominan sobre los sustantivos» y otras que parecen no tener caducidad «Probablemente, en España se podrían obtener muy buenos vinos, pero lo primero sería que quisiéramos obtenerlos y que, en vez de aspirar a recoger cada año en tal o cual parte cien hectolitros de venta segura, nos resignásemos a recoger tan solo, cada seis o siete años, veinticinco hectolitros de venta problemática».

Aunque estructurado en diferentes partes el libro al final se convierte en una recopilación de artículos escritos por el autor a lo largo de los años en los que viaja desde las cocinas de la incipiente burguesía española a los comedores europeos y americanos, se sorprende gratamente con las cocinas orientales y acaba, como no podía ser de otra forma, exageradamente con la cocina antropofágica.

En resumen, toda una lección de sabiduría, humor y talento al servicio de nuestra materia favorita. Otro día os hablaré de Plá , Cunqueiro, Luján y demás, pero hoy (y siempre) me quedo con Camba.

Os remito al artículo de Manu Ruiz de Luzuriaga que cuenta esto mismo pero mucho mejor que yo. Y como aperitivo os dejo una de las múltiples perlas que trufan el libro:

Los curas gallegos tienen siempre la casa llena de vituallas. Sus feligreses saben que el hombre más santo peca, por lo menos, diez veces al día, y les complace ver al párroco incurriendo en el pecado de gula como una garantía de que no incurre en otros pecados.

Leed y disfrutad

Nopisto

13 Comments

  1. pisto

    He buscado ese libro con desesperación y no acabo de encontrarlo. Hay una re-edición de lujo, pero cuesta 120 euros. Y a mí me interesa más el contenido que la calidad del papel.

    pisto.

  2. Pues al final será antes del martes. El libro que NO te recomiendo es Cocina Selecta Mallorquina de Coloma Abrinas Vidal. De todas formas dudo que lo vayas a encontrar por ninguna parte (la última edición es de 1982).

  3. El Gilito

    Es uno de los que tenia localizados para comprar.

    Los otros dos son :

    – Cocina Mallorquina de Pedro de Alcantara
    – De re Cibaria de Pere Ballester

    Abusando de tu paciencia, ¿que es lo que no te gustó? ¿lo mal explicadas que están las recetas? ¿el tipo de recetas?

  4. Aparecen multitud de recetas que en nada parecen mallorquinas. Las recetas aparecen mal explicadas y en muchos casos utiliza terminos autóctonos que no aclara en ningún glosario ni en notas al pie. Da además la impresión de que es una autora ficticia. Esto último es sólo una sospecha. El conjunto es la impresión de que es un libro prescindible.

    Si al final te compras uno de los otros dos y te gusta, avisa para que me lo agencie.

  5. Torino

    Si que da una sensación extraña el libro, pero me hubiera gustado ojear la edición en mallorquín. Quede la perla de la merienda de la tarde, donde la autora recomienda «meter en un plato un montón de fuagrás, por alrededor trocitos de jamón, mantequilla, queso de bola y del otro, mortadela, sobrasada de Vich, butifarrón y longaniza, y en otro plato…». Vamos, la típica merienda que Mossèn Costa i Llobera tomaba mientras observaba el Pí de Formentor y se inspiraba.

    Gilito, ya te dejaré la edición de 1984, que se ve que continuó teniendo éxito comercial.

  6. Acabo de tropezarme con este blog por casualidad y me encanta, te felicito por un blog bien hecho y muy interesante. Seguiré leyéndote. De momento te añado a mi lista de blogs recomendados. !Un saludo!

  7. María

    si pueden tener acceso al prólogo del libro de cocina selecta mallorquina de Coloma Abrinas Vidal podrán ver que esta mujer nació en 1887, que nunca supo leer ni escribir. Las recetas fueron dictadas. No debió tener a su alcance todos los medios que hoy en día tenemos. Cierto es que las explicaciones son difíciles, a veces, de entender, sobre todo si no eres de Mallorca, pero intenten trasladarse a su época, en la que había mucha miseria y hambre.
    saludos

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