La hamburguesa es lo de menos

Cartel Dani García

Algo deben estar haciendo bien Ronald McDonald y sus colegas, porque con su última McExtreme Bibo han logrado escandalizar a media blogosfera, y en especial a los más foodies. Vaya por delante que no pertenezco a la categoría de los consumidores compulsivos de Big Macs o Cuartos de Libra, pero tampoco pienso que sean peores que Satanás, ni siquiera desde un punto de vista nutricional. Al menos en un país que tiene a la fabada, los chicharrones o las migas manchegas como baluartes de la cocina tradicional.

Olvidémonos por un momento de la batalla nutricional, que ya sé que la tengo perdida, y pensemos en todos esos gastrobares españoles que han visto en la hamburguesa un camino a seguir y han empezado a servir esas atrocidades a 12 ó 15 euros bajo la idea de que la hamburguesa está de moda como antes lo estuvieron la ensaladilla, y primero las vieiras y las carrilleras. Al fin un plato barato al que añadir cebolla frita crujiente y un trozo de infame queso industrial, sea rulo de cabra o atufante brie y subirle el precio (el valor añadido, que se dice), hasta cifras con las que sobrevivir al invierno de la crisis. Que sí, que en los bares y gastrobares de nuestro país se come más o menos bien, pero ya no se come barato ni de coña, y en cuanto hayan logrado el hartazgo del comensal por la vía de la hamburguesa hipertrofiada,  buscarán otra cosa y a facturar que son dos días.  Esperen a que se ponga de moda el sandwich mixto (que en Barcelona llaman bikini y ya cuesta el doble) y verás qué risas mientras le dan a la caja registradora.

Sí, hay algunas buenas hamburguesas por ahí. Pero la mayor parte son vulgares. Y, en estas, llega McDonalds, que debe ser el top of mind para el deseo «hamburguesa» y se marca una de sus novedades periódicas: La Grand McExtreme Bibo. Digo «periódicas» porque la cosa no es nueva. Antes de la Bibo tuvimos la Grand McExtreme TopChef, y antes la Canadiense, Brasileña, Mexicana… diversas variantes de hamburguesa de vida efímera que nunca entran a formar parte de la Colección Permanente de Chez McDonalds. Ahí sólo están la Big Mac, el Cuarto de Libra, la McRoyal, el McPollo, el Filete de Pescado. Sin contar la hamburguesa sencilla o la con queso de toda la vida, que las ves al lado de la Bibo y son como hamburguesas de juguete, las pobres.

Hay quien dice que la Bibo es buena. La mayor parte dicen que es mala. Muchos la comparan con las hamburguesas de la colección permanente de McDonalds y la encuentran mejor, además de declararle su amor a Dani García antes de darle un palo (que ya hay que ser cursi y traidor). Otros dicen que el bollo es original y nos ilustran con su origen austrohúngaro. Y hay quien opina que a Dani García no han debido dejarle hacer lo que él hubiera querido, o que los procesos industriales de McDonalds no permiten según qué cosas, como que la carne resulte jugosa.

Todo ello posiblemente cierto. Como también lo es que a Dani García lo han acusado de vendido al capital y de traicionar la alta gastronomía, como si una colaboración con una empresa de la talla de McDonalds no pudiera ser una oportunidad de aprender y mejorar hasta para un cocinero del nivel de Dani García, aunque sea en el plano de la organización y la gestión, sin contar con la popularización de la marca Bibo, que le pertenece.

Pero, vayamos al grano. ¿Es posible mejorar un Big Mac o un McRoyal? Creo que es muy complicado si se han de mantener los parámetros del proceso productivo de una cadena, donde todo ingrediente debe llegar en unas ciertas condiciones, ser procesado en un protocolo totalmente definido en cantidades, tiempos y temperaturas. No perdamos de vista que las hamburguesas permanentes de McDonalds son el resultado de una evolución de recetas más o menos originales que han sido testadas infinidad de veces, y adaptadas sutilmente a las particularidades locales en algunos casos. La investigación de mercados manda y posiblemente las hamburguesas normales del McDonalds ya están en el 99% de lo que se puede conseguir. Personalmente, tras haberla probado, la Bibo me ha parecido demasiado grande, el bollo no me ha gustado nada por demasiado grasiento y la salsa me ha parecido una salsurria achampiñonada que no me ha aportado nada. La comes, y la olvidas. Desde luego, bastante peor desde un punto de vista gustativo que un McRoyal.

Así que, ¿para qué? Probablemente para tener algo que ofrecer a los buscadores de variedad, a los que necesitan una excusa en forma de novedad para entrar en un McDonalds. También, para poder hacer publicidad que aporte algo más que saturación. Al fin y al cabo, una empresa como McDonalds, cuyos productos ya son conocidos y que tiene una imagen global, tiene pocas cosas que comunicar que no sean ya sabidas, por lo que su publicidad corre el riesgo de aburrir, de no ser memorable y, en definitiva, de ser poco eficaz. Pero comunicar una novedad… eso es mucho más interesante. Ya no es «otro anuncio más del McDonalds de siempre» sino un «hola, soy McDonalds y tengo algo nuevo que ofrecerte». Y, como el homo sapiens consumensis se pirra por las novedades, pues los anuncios atraen, generan intriga, se recuerdan, atraen más veces al punto de venta a los clientes habituales y hacen entrar a quienes normalmente no entrarían. Y, cuando no lo hacen, al menos han reforzado la familiaridad de la marca.

Y todo eso es bueno para McDonalds y sus accionistas, es bueno para los consumidores que buscan variedad, es bueno para Dani García que algo habrá aprendido, y es bueno para el homo sapiens bloguiensis porque nos da la oportunidad de opinar.

Salud,

pisto
quien había pensado en tuit pero es más de soltar rollos.

4 Comments

  1. Pedro

    Por dios Por dios lo único que vale es el pan, la hamburguesa me parece sosa y sin sabor, eso si bonita, esta 200 veces mejor una cripy chiken que esa hamburguesa, esto que es postureo…

  2. Cuchillero

    Hola, se me ha pasado el enfado y me sigue gustando lo que dices casi siempre. Yo sé que hablas inglés, así que te recomiento la lectura de un libro que me ha dado mucho que pensar. Se trata de The Big Fat Surprise, autora: Nina Teicholz. Seguro que te gusta y que te da que pensar sobre las hamburguesas… y su pan con patatas fritas. Saludos.

  3. Buenas tardes:

    Interesante entrada sobre la hamburguesa de Dani García. Yo la he probado y su única pega es que la hamburguesa podía estar en cualquier otro bocadillo McDonald. Nada se ha mejorado en ese sentido. Igual sucede con la lechuga, que parece plastificada. Con esos mimbres es difícil hacer un cesto, pese a que lo intenta con el pan y la algo oleginosa y cargante salsa.

    Saludos.

    Iván

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